domingo, 19 de enero de 2014

El Cristo del Perdón

En el interior de la iglesia de San Esteban de Sos del Rey Católico se encuentra la talla de un Cristo crucificado del siglo XII, un perfecto ejemplo de los Cristos románicos, parece sacado de un libro de texto, un Cristo de cuatro clavos con un rostro que no refleja dolor, sino paz y serenidad, un Cristo que ha vencido a la muerte. Y un Cristo que goza de una gran devoción entre los sosienses.

Foto extraída de www.romanicoaragones.com

Hay una bella leyenda trasmitida de generación en generación que da nombre a el Cristo.
Cuentan que en la Edad Media un caballero de Sos asesinó por celos a uno de sus vecinos, ya que la mujer que amaba no le correspondía, y en cambio, entregaba su corazón al asesinado. La justicia no encontró pruebas contra el caballero, pero el remordimiento pronto se hizo presa de él . Buscó consuelo en la oración frente al Cristo crucificado, adquiriendo así fama de hombre piadoso. Un día, mientras oraba ante la imagen del Cristo, llegó la madre del muchacho asesinado para pedirle por el alma de su hijo. No pudo más el caballero, lloró y confesó su crimen. Él le pidió que le perdonase y en el corazón de la madre lucharon el deseo de venganza y la necesidad de conceder el perdón. Miró la madre al Cristo buscando una respuesta, y vio cómo levantaba la cabeza que hasta entonces tenía inclinada sobre su hombro. El milagro dio fuerzas a la madre para conceder el perdón al asesino de su hijo.
Desde entonces, la talla muestra la cabeza erguida con expresión de paz en el rostro y recibe el nombre de Cristo del Perdón.


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