Aragón nace como tal en pleno siglo XI, momento en que se constituye como una entidad política y social independiente del poder o tutela navarra. Es justo ese siglo XI el instante en que en Europa y Aragón triunfa el lenguaje románico.
Es muy poco lo conocido sobre el arte anterior a la formación de Aragón, porque los testimonios artísticos de aquel momento (siglo X) eran muy modestos y son pocos los que se conservan; no obstante, son fuentes artísticas de extraordinario interés para reconstruir la historia de ese periodo.
Vestigios de ese prerrománico los encontramos en Sos del Rey Católico, ventanas monolíticas (labradas en una sola pieza), geminadas y cerradas en arcos de herradura. Son testimonios materiales de alguna iglesia o capilla destinada a servir al culto para las gentes que habitaban el primitivo castillo o fortaleza o vivían a su sombra. Iglesias de las que se sabe muy poco, originalmente eran de madera como los castillos y después serían sustituidas por la piedra.