Ancha es la paleta de colores que despliega en Sos su particular
baile vegetal y luminoso. Un diálogo entre el verde sin fecha de caducidad de
pinos y encinas con las manchas ocres de las hayas, acebos y robledales. Más
allá, los mares de trigo, los suelos rojos, la tierra dura. Pero hemos firmado
un pacto con los sentidos en el que no sólo de imágenes vive el viaje.
Silencio, sonidos, sabores, colores y olores. Un espacio vivo, cambiante con
cada estación.
La sierra de peña, dónde se
sitúa Sos, forma parte de la sierra de Santo Domingo, que comunica la llanura de las Cinco Villas con la
provincia de Huesca. En la zona meridional la vegetación típicamente
mediterránea se plasma en bosques de encinas y robles, con abundantes
arbustos. En las umbrías son los bosques de pinos y hayas con boj, los que hacen
su aparición. Sorprenden sin duda las zonas más elevadas, donde el verde da
paso a "las rallas" de Santo Domingo, espectaculares cortados rocosos
esculpidos durante milenios por la erosión.
Anuncian la llegada del Pirineo un conjunto de sierras
prácticamente desconocidas, ricas en naturaleza y sensaciones. La diversidad
paisajística que atesora el Prepirineo es una de sus marcas de identidad. La
irregular orografía se traduce en un heterogéneo paisaje, desde altas montañas
hasta valles profundos, pasando por los característicos pastizales. El
patrimonio natural es tan rico y diverso como el monumental, y mil veces más
colorido.
Un
entorno natural privilegiado, en la antesala del Pirineo, que no exige
esfuerzos para la fascinación.
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